24h PM: La enfermera de la noche abre la puerta con cuidado, la dichosa máquina vuelve a pitar: “oclusión distal”. La vuelve a poner bien y se va.
1h. AM: “Papa, tengo que ir al baño”, me dice mi hija. Desenchufo la máquina, cojo el palo con cuidado de que no vuelque y con nuestro particular circo de tubos y máquinas nos disponemos a ir hacia el baño. Hoy toca recoger la orina con lo cual la cosa se complica un poco más.
2h. AM: Toca una nueva quimioterapia, hay que poner otra máquina porque la otra ya tiene ocupadas las dos vías. Más peso en el palo y aún más dificultades.
3h. AM: Intento dormir un poco, me retuerzo y me pongo como puedo en postura fetal en el maldito sofá. Los muelles se me clavan por todo el cuerpo pero intento descansar. Antes, pienso, siempre pienso.
4h. AM: Estoy medio dormido, pero oigo voces. La señora de la cama de al lado ha llamado a la enfermera. No se encuentra nada bien.
5h. AM: Otra vez la puerta. Esta vez vienen dos enfermeras, echan la cortina separadora, cambian y limpian a la señora de al lado, y revisan la vía de la quimioterapia recién terminada a mi hija. Ariadna duerme.
6h. AM: “Pi, pi, pi, pi...”. La máquina vuelve a pitar. Ariadna se despierta y mientras viene la enfermera aprovechamos para ir de nuevo al baño. La hidratación tiene éstas cosas. Volvemos a maniobrar con tubos y máquinas.
7h. AM: - ¡ Hola buenos días!, vengo a tomar las constantes. 36'2º, pulso normal y presión normal. Todo correcto. Ahora toca analítica.
8h. AM: ¡PAM! La Sra. de la limpieza acaba de “aparcar” el carro contra la puerta. Van a limpiar y aprovecho para salir de la habitación.
9h. AM: Traen el desayuno. ¿Otra vez la leche caliente?. Ariadna odia la leche caliente y lleva 6 meses reclamándola fría. Salgo y lo arreglo, leche fría y cola cao.
10h. AM: ¡ Toc, toc, toc!,
- ¿Qué tal perla?
Es el doctor Ferran, su médico.
- Bien, lo de siempre, marejadilla en el estómago y empiezan las náuseas.
- Eso es normal, ya lo sabes. Tranquila, todo va bien.
¡UFFFF! Respiro hondo.
11h. AM: Vienen a hacer las camas. Vamos a pasear un poco por el pasillo. Al salir nos encontramos a Lydia, mi mujer, que viene de dejar al peque al cole y de hacer la comida para la niña. No le gusta la del hospital y le traemos comida casera. Hoy le toca verdura y pollo a la plancha. Hay que cuidarla.
12h. AM: Me voy a casa. Salgo y la luz del día me parece extraña, el aire me huele raro, voy un poco “zoombie”. Cojo el coche, conduzco de manera robótica y llego a casa. (Vivimos a 20 minutos del hospital).
13h. PM: Ya estoy en casa. Me ducho y me cambio. Paso por delante de la habitación de Ariadna y pienso, siempre pienso. Llamo por teléfono a Lydia y pregunto como va todo. Acabo de verlas y ya estoy llamando. Mi dependencia hacia ellas es brutal.
14h. PM: Me hago la comida, caliento unos macarrones que me ha dejado mi mujer y preparo un bistec a la plancha. Tengo hambre. Me siento en mi sitio de siempre, los demás están vacíos. Es duro comer solo, pero ya queda menos.
15h. PM: Estoy en el sofá, veo la tele pero no la oigo. Mi cabeza está en otro sitio. Pienso, siempre pienso.
16h. PM: Me preparo para ir a buscar a Oriol, el peque, al cole. Cojo el coche y me voy corriendo, pensando pensando se me ha hecho tarde.
17h. PM: - ¡Hola Papa!
- ¡ Hola! ¿Qué tal te ha ido el cole?
- Bien, muy bien, he marcado dos goles.
- Ya, ¿Pero y la clase?
- ¡Ah! También bien pero no tanto.
Le doy la merienda, un plátano y galletas. Me acordé de la merienda a última hora y no me acordé de hacerle un bocata. ¡Qué cabeza la mía!
18h. PM: De nuevo en el hospital.
- ¡ Hola tata! ¿Qué tal estás? ¿Cuándo vienes a casa? ¡Te quiero mucho!
Lydia y yo hablamos un rato fuera de la habitación. Mientras los dos hermanos se explican sus cosas.
19h. PM: Lydia y Oriol se van para casa. Le queda mucho por hacer. Nos despedimos hasta mañana. Entro en la habitación.
- ¿ Qué tal? Le pregunto a Ariadna.
- Psssss, así así. Tengo dolor de barriga y no tengo mucha hambre.
- Bueno tranquila, todo va bien. (Me copio de las palabras de los médicos).
20h. PM: La cena.
- Ufff ¡Qué mala olor! Saca la bandeja rápido.
- Vale vale, tranquila.
- Mejor me traes un poco de jamón york y pan tostado.
Salgo y se lo pido a las enfermeras, ellas me lo guardan en la nevera del hospital. Come algo.
21h. PM: No le apetece, pero la fuerzo un poco y la convenzo para salir a pasear por el pasillo de la planta 11 de Mútua de Terrassa. Cuando entre en neutropenia no podrá hacerlo, así que hay que aprovechar ahora.
22h. PM: Vemos un poco la tele. Ariadna tiene sueño y enseguida se duerme. La miro y pienso, siempre pienso.
23h. PM: - ¡ Hola buenas noches! Vengo a tomar las constantes.
- ¿Necesitáis algo?
- No, gracias.
24 h. PM: Empezamos un nuevo día, un día menos de lucha, un día más de esperanza.
PIENSO, SIEMPRE PIENSO.